21 febrero 2018

Libertad de expresión( de vez en cuando)





He dejado de ser irónico. Las razones son varias. Una es la edad. No tengo ya a tantas ganas de hacerme el gracioso o al menos el ingenioso y sí más de tumbarme en el sofá y ver cualquier película anterior al año 1970. La segunda es que objetivamente ya no soy tan gracioso o si se quiere (le doy esa perra gorda a los detractores) nunca lo fui y ahora (a la vejez viruelas) por fin me he dado cuenta. La tercera razón es de índole estrictamente práctica. Cuando eres irónico indefectiblemente (gloriosa palabra) alguien se tomará de modo literal lo que hayas dicho. Así por ejemplo si digo que preferiría padecer la sarna antes que asistir a una final de Roland Garros, al menos una persona entenderá que lo que quiero es tener sarna antes e asistir a una final de Roland Garros y  gritar  hasta desgañitarme"vamos Rafa". Es decir, alguien pensará que no solo  no valoro a ese héroe nacional que es Nadal, sino reniego de mi condición de español y, en resumen, soy un valiente gilipollas.

En honor a la verdad no siempre es fácil descifrar a un irónico. Las personas que no gozan del privilegio de tener megas ilimitados en sus dispositivos móviles (como los llaman en los aviones) se guardan mucho de gastar los megas en vano. Una vez terminados las descargas son imposibles. De alguna forma le sucede eso a algunas personas. Más allá de cierta información no la procesan. Algunos no la procesan nunca. Las personas con síndrome de asperger tienen buenas cualidades y al parecer suelen tener una inteligencia superior a la media, pero son incapaces de entender el doble sentido. Algo así le pasa a la justicia. 

Los juristas realizan su trabajo sobre la interpretación de los términos que a su vez se descifran respecto a otros textos jurídicos. La razón por la cual muchas veces las sesudas conclusiones a las que llegan se alejan tanto de lo que el común de los mortales llama sentido común, es que el mundo jurídico es autoreferencial y alérgico en ocasiones a otras facetas del mundo. Puede que no comprenda bien los conceptos científicos pero siempre podrá valerse de peritos para que le aclaren por qué ha cedido una pared o porqué dejó de funcionar un motor. Pero nunca se recurrirá a un perito para comprender qué es el arte, la cultura, la literatura y la poesía.

En ocasiones uno se pregunta por qué se ha metido tanta ficciones en la cabeza. Películas y novelas en las que a personajes inventados que viven en lugares que nunca existieron les suceden cosas que jamás pasaron. Es cierto que a ese conglomerado difuso de música, operas, novelas, canciones pop, teatro, películas, poemas y leyendas se les llama genéricamente como cultura y el que tiene un gusto, digamos excesivo por los mismos se llama cultureta. Quizá esa persona hubiera hecho mejor empleando su tiempo en estudiar un máster en recursos humanos o la Ley de Enjuiciamiento Criminal o bodrios litetarios como la ley mordaza.

Si uno lee, como lo ha hecho servidor, la sentencia condenatoria del rapero Valtonyc, podrá comprobar, que lejos de lo que dan a enteder algunos comentarios la sentencia tiene un buen razonamiento jurídico y está repleta de atinadas citas a la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Algunos párrafos son tan buenos que los utilizaré en mis escritos. Pero también es palmaria que la conclusión que extraen es absurda puesto que hay una absoluta incomprensión sobre lo que es la naturaleza de la creación artística, literaria, lírica, es decir, de lo que es la imaginación. Es no comprender que estas disciplinas están intrínsecamente ligadas a la experimentación y la provocación.

Sin duda las burradas de Valtonyc le hacen acreedor al castigo de dejar la música y dedicarse a preparar, pongamos por ejemplo, una oposición de contenido jurídico. A poco que tuviera un poco de talento ya sería superior al que tiene como autor de canciones. Pero no se juzga el talento de los artistas. Como los asperger, el tribunal entiende una correlación directa entre lo que dicen unas letras de unas canciones y lo que los oyentes puedan hacer una vez escuchadas. De ser así, más de la mitad de la historia del rock y de la literatura sería delictiva.

Simplemente convendría recordar que el primer chiste de El Quijote es plantear que una persona pueda creer que es un caballero andante por el mero hecho de leer libros de caballerías. Y mira por donde que para algo va a servir el leer novelas, ver películas o escuchar música. Que no. Que cuando Mocedades cantaba "eres tú, como el agua de mi fuente, no se decantaba a favor del trasvase Tajo-Segura".

La ola de condenas judiciales y sociales sobre asuntos que se escriben, cantan o pintan no es casual. Todo tiene más que ver con el juego de la censura en la que se han embarcado las izquierdas y las derechas. Las primeras con grandes dosis de ñoñería bienpensante y las segundas en defensa de su cortijo y sobretodo para dejar claro, una vez más, quién corta el bacalao. Que nos pillen confesados y que la confesión siga siendo anónima, para no acabar en el juzgado.


9 comentarios:

  1. La verdad es que todo esto que está ocurriendo y que pretende ser censura me ha pillado un poco desprevenido -tanta Cataluña...- y me cuesta reflexionar sobre los asuntos. De entrada, pensaba que por mal que se cante o por mal que se realicen supuestas obras de arte en fotografía, nadie merece estar años en la cárcel. Claro que después he podido oír el bonito rap sancionado y los personajes fotografiados y mi conclusión ha sido, ¿quién soy yo para objetar lo que hace la magistratura y el gobierno (e Ifema)? El del rap sí merece lo que le hagan; a alguien que como yo soy admirador de Frank Sinatra, escuchar a Valtonyc me ha supuesto un trauma del que quizás no me recupere en semanas. En cuanto al otro, que alguien haga esas fotos titulándolas como las titula y encima le den 90.000 euros (un socio de Roures, dicen), merecería el exilio a Etiopía, nada de Bélgica.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario. Pero como admirador de Etiopía (y va en serio) te comunico que no soy partidario de aceptar el asilo que solicitas.

      Eliminar
    2. Yo he dicho "merecería"; no he solicitado nada.

      Eliminar
    3. Gracias por su aclaración. Aprovecho para insistir en que yo también me merezco un viaje a Etiopía.

      Eliminar
  2. Has mencionado dos veces a los ásperger. Con una lo dejo pasar, con dos no, y menos comparándolos con poco más que máquinas sin emociones e incapaces de apreciar ni remotamente la creatividad. No estoy de acuedo. Esto no es una ñoñería, es un impulso. Me gustan tus artículos pero no deja de herirme esa comparación, así que te lo tenía que decir. Leo libros, veo películas, escucho música y no creo que fueses capaz de apreciar cómo se alteran cada una de mis moléculas con un buen libro, con una buena película o con una música desbordante. Dicho esto, seguiré leyendote, porque me pareces magnífico.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Silvia. Tomo nota de tu crítica y debo reconocer que tienes razón.Quizá abuso del término y seguramente lo uso sin el rigor necesario. Muchas gracias por tu aportación y por leer el blog.Un abrazo.

      Eliminar
  3. Según nuestro experto judicial el arte debe ser libre, por ejemplo de las leyes. No debe estar sometido a nada. Los artista pueden hacer lo que quieran porque están por encima del resto de ciudadanos. Más allá de la simplicidad de este razonamiento, casi no merecería ni comentario, queda la constatación para nuestro jurista de que el carácter rompedor de la obra de arte desaparecía al no tener consecuencias para su autor. ¿Y qué queda entonces de este arte concepto vacío?, ¿en qué papel quedan el resto de obras, ñoñería acomodaticia que no merece ser requisada ergo no es arte?
    Esperando estoy que un artista nazi haga aquí una apología de los asesinatos franquistas, con nombres y apellidos de víctimas reales, y anime a la liquidación de otros cuantos más. Entonces escucharemos a juristas como el de nuestro artículo pidiendo sanciones y hablando del nivel al que ha llegado el país.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias "Peter" por tu comentario. Pero partes de un prejuicio que consiste en suponer que no estoy a favor de la pena impuesta porque el rapero es presumiblemente de izquierdas y que si fuera de otro ideología mi postura sería diferente. Se trata de un prejuicio que no tengo, aunque quizá si lo tenga usted y simplemente lo proyecta en mí. Por otro lado, le invito a informarse mejor del asunto y leer la sentencia. Valtonyc no hace apología de crímenes sucedidos ni en rigor anima a liquidar más. Se le condena por injurias al rey (artículo 490.3 CP) y enaltecimiento del terrorismo (artículo 578 CP) http://estaticos.elmundo.es/documentos/2018/02/20/sentencia_terrorismo.pdf. Es decir, como usted sabe mejor que yo el propósito del autor debe de ser el que se cometan estos actos no bastando la mera expresión.

      Eliminar
  4. Tiene alguna que otra errata. A los que deberían meter en prisión es a todos esos que escriben letras Machistas y rastreras en las canciones que escuchan nuestros jóvenes y vienen de Latinoamerica.

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu comentario!