28 diciembre 2017

La ortografía o la amistad


Igual que los bandoleros de los cuentos obligaban a elegir entre la bolsa y la vida, las redes sociales te conminan a bucear entre lo más profundo de tu corazón, como Kurt viajaba al corazón de las tinieblas y elegir entre las personalidades que anidan dentro de uno. El bondadoso bienpensante que reparte "likes" y corazones a cualquiera que ponga un gatito, una puesta de sol o una frase edulcorada. El odiador perseguirá como un perro de presa todo aquel que no piense como uno. El calculador que se permite solo el lujo de la ironía con los que no valen un pimiento y llenan de babas a profesores universitarios, políticos y cualquiera que parezca que tenga posición y poder. Por último el exhibicionista al que solo le importa ver como se admira su descenso por las pistas de Formigal o su arroz con caracoles. Pero todos, todos, en algún momento tendrá que elegir entre la ortografía y la amistad.

Desde siempre me ha maravillado que todos los carteles expuestos por las comunidades de propietarios de cualquier lugar de España cuya extensión excediera de tres líneas, estuviera plagada de faltas de ortografía o de gramática. Entre ellas la predilecta parece ser la falta  de concordancia de persona o número entre el sujeto y el predicado. "Se ruega a los señores propietarios que baja la basura antes de las seis lo hagan después de dicha hora. Es importante respeten todos vecinos normas Comunidad. La basura huele mal". Quizá sea un género literario propio. El burócrata que se arrepiente de serlo en mitad de la frase y decide terminar siendo el grafitero. De vez en cuando, un santo defensor de la lengua subía en el ascensor armado con un rotulador y ponía las cosas en su sitio. Como los que no recogen las cacas de los perros, estos maleantes estaban protegidos por el santo anonimato, patrón de los prudentes y los cobardes.

Pero nada de eso ocurre en las redes sociales. Muy al contrario su naturaleza es la del exhibicionismo. La impúdica afirmación del yo, del yo que viaja, del yo que cocina arroz al horno, del yo que se emociona con las puestas de sol, los gatitos, los verdes campos y los blancos quesos de tetilla. El yo que adora a sus amigos y es adorado  por sus amigos. El yo que no para, repartiendo chinchetas por el globo. El yo patriota que pone la banderita en su perfil, porque ama a la patria como el gourmet el jamón ibérico. El yo que no sabe escribir y que de vez en cuando le recuerdan que no sabe escribir.

Una amiga colgó el siguiente mensaje en su Facebook, quizá han tenido de la fortuna de toparse con él, y si no, como otros similares: "Los barcos no se hunden por el agua que les rodea. Los barco se hunden por el agua que entra dentro de ellos. No seas como los barcos y no dejes que las cosas que te rodean te hundan". Les dejo cinco minutos para que reflexionen sobre lo profundo de estas palabras y para que hagan acopio de pañuelos. Yo también lo hice. Una vez recuperado, hice notar que los barcos flotan sobre el agua y que por tanto el agua no les rodea. Aunque un barco rodeado por agua, no tiene que preocuparse por nada y también puede llamarse pecio. En cuanto al agua "que entra dentro de ellos" si "entra" no es necesario que se aclare que es "dentro" y menos aún la redundancia "de ellos". 

Ni que decir tiene que mi comentario fue acogido con frialdad, por no decir con hostilidad. Muchos me acusaron de no "haber comprendido" el significado profundo de la frase. Otra gran corte de aduladores dieron las gracias a su amiga por su atinada reflexión. Supongo que ya el agua no entrará más "dentro de ellos". Hubo también quien dudo de mi capacidad intelectual (so tonto) y me animó a tener más relaciones sexuales (a ver si follas más). La pregunta es: ¿por qué resulta tan insultante para algunas personas que se les corrija la ortografía o la gramática? La ley de hierro de las correcciones dice que cuanto mayores y más groseras sean las faltas de ortografía y los errores gramaticales de una frase peor serán recibidas peor serán recibidas dichas correcciones. Ignorancia y arrogancia se abrazan seguramente a ritmo de reguetón.

El ignorante recibe mal ser corregido porque es consciente que debería saber escribir y no sabe. Pero el ignorante se equivoca. Cometer faltas de ortografía, por prisa o descuido no te convierte automáticamente en un gañán. El ignorante que nunca lee (más de la mitad de los españoles no lee nunca un libro) y que escribe siempre mal, desconoce que escribir bien no es fácil. No es capaz de hacerlo, pero cree que se trata de una actividad que cualquier cualquier lechuguino puede hacer con eficacia. No hace tantos años las personas que no habían recibido instrucción se excusaban por su poca preparación. Paradójicamente,  no era infrecuente que se expresaran con riqueza de vocabulario y hasta con elocuencia. Muchos que pasan por expertos no podrían hilvanar tres frases si, como en el juego Tabú, se les prohibiera utilizar las palabras implementar, empoderar, transversal y género. 

Escribir no es fácil. Yo lo llevo intentando años. A veces tengo que elegir entre hacer un chiste o hacerme entender. Libro una batalla sin cuartel contra las comas. ¿Me van a hacer correcciones? Bien. Les deseo feliz año nuevo y que su actividad sexual sea mayor. No sé si me explico.
 

5 comentarios:

  1. Lo siento, pero el agua sí rodea los barcos, igual que el agua rodea una isla, lo que no significa que uno u otra estén sumergidos, que no es lo mismo. Estoy de acuerdo sobre lo mal que cae ser corregido, pero (sin señalar, para evitar que me odie) le diré que hay un par de faltas de ortografía (las malditas tildes) y gramaticales en la entrada.

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  2. Gracias por su comentario. A mí también me encantan las islas flotantes.

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  3. (DRAE) isla
    Del lat. insŭla.
    1. f. Porción de tierra rodeada de agua por todas partes.

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  4. Creo que las islas no tienen agua debajo y por tanto no pueden estar sobre el agua, como los barcos. Por eso podemos navegar con un barco, pero no podemos hacerlo con una isla. No es lo mismo estar sobre algo que rodeado de algo. Si ponemos un libro en una mesa no decimos que el libro está rodeada por la mesa, sino sobre la mesa. Por eso los barcos estan en el agua y las islas son islas porque están completamente rodeadas de agua.

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  5. A mayor abundamiento, los barcos cuando están fuera del agua están en tierra y no rodeados de tierra.

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