A los delincuentes y a los dictadores, valga la redundancia, siempre les ha gustado el chivatazo.
La antigua República Democrática Alemana refinó el arte de la delación y
el control del prójimo hasta la neurosis, como muestra la magnífica
película "La vida de los otros" (2006), de Florian Henckel von Donnersmarck
. Tras sus pasos siempre se ha movido la Cuba de Fidel. Me contó en una
ocasión un profesor español que impartió un seminario de derecho en La
Habana, que era muy consciente de que entre sus alumnos había uno
"falso", aquel al que le estaba encomendada la función de "reportar" lo
que allí se hablaba. En realidad se lo contó a otro (los profesores que
dan seminarios no hablan con abogados de medio pelo) pero yo estaba al
lado, lo escuché y me lo creí.
La figura del delator es paradigmática en la novela y el cine negro.
El soplón, acostumbra a ser una figura culebril y escurridiza que actúa
en general por mezquinos propósitos. Perjudicar a otro por envidia.
Ganar uno puñado de billetes o cargarle a otro el mochuelo de sus
culpas. El chivato es una figura odiosa, pues al revés del que denuncia
públicamente, trata de permanecer impune en la cobardía del anonimato.
Era cuestión de tiempo que los zombis malignos que nos gobiernan trataran de estimular la delación. Todos los soplones camuflan su abyecta acción bajo un propósito noble. Pero todo delator es un cobarde, y por tanto un egoísta. Perdonar su infamia no suele ser buena idea como sabe Cosa Nostra y mostraban con genialidad los Hermanos Coen en "Muerte entre las flores" 1990.
Si algo bueno había traído esta llamada crisis, técnicamente depresión; con mayor propiedad, saqueo de los financieros, era que se empezaba a consolidar en Europa y particularmente en España una sociedad civil fuerte. Frente a la tontuna de la fiebre inmobiliaria, la denuncia de las cláusulas abusivas; frente a reírle las gracias a los poderosos, el empezar a mirar sus nóminas y dietas. A controlar sus salidas entradas de la política a la empresa por la famosa puerta giratoria, con más propiedad, la puerta del bochorno.
Por eso los zombis han pensado que es mejor que vuelvan a disolverse esos incipientes lazos. Para ello, mano de santo, es esparcir entre la sociedad el virus de la desconfianza en los trabajadores. Todos espías al servicio de la Ministra de Fátima Báñez, quien anima a denunciar los fraudes como manera de preservar el estado del bienestar. De momento las encuestas no afean su iniciativa.
Era cuestión de tiempo que los zombis malignos que nos gobiernan trataran de estimular la delación. Todos los soplones camuflan su abyecta acción bajo un propósito noble. Pero todo delator es un cobarde, y por tanto un egoísta. Perdonar su infamia no suele ser buena idea como sabe Cosa Nostra y mostraban con genialidad los Hermanos Coen en "Muerte entre las flores" 1990.
Si algo bueno había traído esta llamada crisis, técnicamente depresión; con mayor propiedad, saqueo de los financieros, era que se empezaba a consolidar en Europa y particularmente en España una sociedad civil fuerte. Frente a la tontuna de la fiebre inmobiliaria, la denuncia de las cláusulas abusivas; frente a reírle las gracias a los poderosos, el empezar a mirar sus nóminas y dietas. A controlar sus salidas entradas de la política a la empresa por la famosa puerta giratoria, con más propiedad, la puerta del bochorno.
Por eso los zombis han pensado que es mejor que vuelvan a disolverse esos incipientes lazos. Para ello, mano de santo, es esparcir entre la sociedad el virus de la desconfianza en los trabajadores. Todos espías al servicio de la Ministra de Fátima Báñez, quien anima a denunciar los fraudes como manera de preservar el estado del bienestar. De momento las encuestas no afean su iniciativa.
Por supuesto a ellos el fraude les importa un pimiento. Es decir, le
importa el que hagamos nosotros, no el que hacen ellos y sus amigos
debidamente amnistiados e indultados. Pero como lectores de novela
negra sabemos que los que animan a la delación acaban mal. La ministra
Báñez, por ejemplo, es muy devota de la Virgen del Rocío. ¡Cuidado
ministra! A ver si hay una aparición mariana en la Audiencia Nacional
con revelaciones divinas y sin la necesidad de rellenar el formulario
habilitado al efecto. Bien pensado, su nombre ya la predestina.
Si, pero al médico de la SS siguen acudiendo...
ResponderEliminarUna estrategia más del capitalismo para que los trabajadores sigamos divididos, porque nuestra unión sería su perdición
ResponderEliminarNo sere yo, él que delate a nadie cada uno se busca la vida como puede, que envestigen ellos que para eso les pagan y mas fraude que hacen ellos no hace nadie, que les den por el culo.
ResponderEliminarQué verguenza ajena...
ResponderEliminarEntre perros anda la cosa...
ResponderEliminarTambién podemos aprovechar esta plataforma para denunciar a Barcenas, Rajoy, Cospedal, Urdangarin, los Borbones o los concejales corruptos de tu pueblo. Eso es hacer un buen uso de una mala herramienta.
ResponderEliminarFatima,lastima,un nombre bonito,que no hace referencia a tu corazon ni cerebro y ya ni que decir a tu puta cara..
ResponderEliminarpromueve y fomenta empleo y si no puedes o no te dejan,denuncia,os vamos a desterrar,seguid así..vais bien,que te repudien en huelva,andalucia y españa a tomar por el santo culo en el yate....con el de industria...
Hijos de puta...
ResponderEliminarY a ellos quien los chiva...
No teneis verguenza.
Si pero sólo a las empresas pequeñas si denunciamos a ,gas natural,Endesa,red eléctrica......no vale
ResponderEliminarBARCENAS DELATA PERO NO ACUSA...ES LA DERECHONA.
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