Carta abierta a los elefantes de Botswana

Estimados paquidermos Botswanenses:

  Hemos tenido noticias del accidente de nuestro monarca Juan Carlos I (en adelante JC) mientras disfrutaba de unos días de convivencia entre vuestras manadas. Mi primer comentario quiere ser de tranquilidad. No pediremos indemnización alguna por el accidente sufrido por nuestro amado JC ni a la manada de la "Elefanta Wanda", ni a la manada de la colina ni siquiera a la díscola "manada Mourinho" que abreva de modo ilegal en la "Charca de los Tres Tristes Tigres".

  No ignoramos que ha habido discrepancias entre las manadas en el Reino de España. No es el momento de valorar si es conveniente o no que demostrados terroristas elefantes sean abatidos a tiros en plena sabana por nuestro monarca. Nuestro monarca, como su nieto, aman la justicia y odian las dilaciones indebidas de la justicia: eso les hace impetuosos, cual hipopótamo fuera de la charca. No obstante, está probado que dichos individuos elefantes conspiraban para derrocar a otras manadas y arrasaban con sicomoros protegidos y eran favorables de la expropiación de Repsol YPF.

  Sin embargo, en pro de la tradicional amistad hispano-paquidermo-botswanense, es el momento de que apartemos nuestras diferencias. Sabemos de las dificultades que entraña la tarea. Los elefantes son irremediablemente matriarcales, y sabemos como son las tías cuando se mosquean. Además tienen buena memoria para los agravios, lo cual no deja de ser, con lo primero, una redundancia. Además, al contrario de los leones, que aman la monarquía, la naturaleza del elefante es republicana, jacobina y carbonaria. Gustáis de organizar vuestra vida de un modo similar a los casi también extintos miembros del 15-M. Pero aún así, no os tenemos rencor y estamos dispuestos junto con la Fundación Reina Corinna-Simba a encontrar el camino a la charca del entendimiento y volver a la senda (de los elefantes) de la amistad. Como dijo el gran poeta paquidermo-vasco-botswanense: "Egunon MMMMMMMMMMMM eta MMMMMMMAK"

 I.U.