19 abril 2012

"Con la que está cayendo"

"Con la que está cayendo". Así definen los españoles la situación.

  Su situación, el momento actual del país o acaso del mundo, va acompañada de una conclusión, del tipo, no me puedo quejar, o no hay de momento remedio. La expresión la utiliza igual un tendero que un ministro; un catedrático de economía aplicada que un sin techo. No se habla de crisis económica, ni de depresión, ni de bache, desaceleración, desempleo, pobreza. Todo eso y algo más, como los recortes en los servicios básicos como educación y sanidad, el abaratamiento del despido, es "lo que está cayendo".

  Es curioso que los españoles lo hayan adoptado como mantra nacional, después de criticar tanto al anterior presidente que no hablara de crisis. Los españoles tienen ahora tanto miedo que prefieren no mencionar al Leviatán. Además la expresión tiene connotaciones que no deben pasarse por alto. La situación del país, el sufrimiento de la gente se explica como si se tratara de una tormenta, (o acaso un volcán en erupción). Algo ajeno a nosotros, un fenómeno metereológico o natural desagradable, pero a la vez incontrolable. Un fenómeno impersonal que el azar nos envió, que nos evita hacernos preguntas desagradables y llegar a conclusiones que nos inviten a que nos apetezca emular a Robespierre, o si se quiere, al Empezinado. Con la que está cayendo, conviene no moverse, mantenerse a cobijo, conservar lo que se tiene y minimizar las pérdidas.

  Por otro lado, la expresión contiene en si misma una esperanza. Puede que esté cayendo fuerte, pero hasta la tormenta (como la sequía) más pertinaz acaba por amainar, y entonces los pajaritos cantarán y las nubes se levantarán, que llueva que llueva la Virgen de la cueva.

  Acaso lo que esté sucediendo sea tan duro, que no queremos pensar que no escampará.  Que el paisaje ya se convirtió y por mucho tiempo en un lodazal infecto donde solo vivirán a gusto los gusanos y los sapos. Acaso la expresión más apropiada no fuera "con la que está cayendo" sino, como casi todos sospechamos, "con la que nos están dando".

3 comentarios:

  1. buenas tardes desde mi mas humilde opinión, lo que nos esta pasando nadie ni por soñación pensaba que ibamos a llegar a estos extremos, ni en nuestros peores sueño cuando unos años atras deciamos que esto iba a explotar pero viviamos divinamente. ahora con esta crisis es dificil saber que hacer ante el pánico que todos sentimos pq no sabemos si mañana será peor, que hacemos? nos quedamos quietos y guardamos esos ahorros y virgencita que me quede como estoy o nos armamos de valor y tiramos adelante con todo el nerviosimos y las ansiedades y noches sin dormir que eso provoca. yo desde mi humilde opinión creo que debemos mirar hacía delante e intentar entre todos ,cada uno dentro de sus posibilidades, ayudar a todo aquel que se cruce por nuestras vidas e intentar, dentro tb de nuestras posibilidades, crear empleo, ya hay demasiadas familias sin viviendas y muchas otras que estan en espera y que ojala bien de una manera o de otra al final con las nuevas normas no tengan que salir de sus casas. un saludo. mª jose

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  2. Hola. Aunque no entienda mucho a mí también me queda ese sentimiento de que ésta situación es como un río desbordado que baja por la montaña. Oyes que se acerca y no hay forma de detenerlo, y uno ahí con su cacito artesano esperando para coger agua de a poquitos para que no se lo lleve la corriente. Me dicen mucho que haga un surquito en la arena (para no mojarme mucho invirtiendo mis únicos ahorrillos) pero también que me aguante la sed y que la transmute en algo positivo (¿qué querrán decir con eso?).
    Quiero creer que esto pasará y con los que somos en la familia, cruzar los dedos por ellos y para poder, en caso de hacer falta, algún plato más en la mesa. Tendré que dejar de leer mis preciados blogs de inversión, con lo que me hacen soñar… y que tanto me pican. Un saludo, Juan.

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  3. Es difícil evitar una sensación de desesperación. En vez de admitir que se han equivocado, los políticos parecen decididos a tirar su economía (y a la sociedad) por un precipicio. Y el mundo entero pagará por ello.
    Lo dice Paul Krugman…

    Un cordial saludo

    Mark de Zabaleta

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