02 octubre 2013

¿Ciencia española? Mejor el Tarot

  Ya sé que en España pasan cosas que van desde lo importante a lo terrible. Violencia, corrupción, aumento de la desigualdad, desempleo, incendios forestales y las cocinas que visita Alberto Chicote. Ya sé que la agenda está llena de ofensas, injusticias, iniquidades, urgencias y necesidades. Pero cada cual es más sensible para unas cosas que para otras y bienvenida sea la diversidad de opiniones, salvo las opiniones que niegan la diversidad de opiniones.

  En mi caso soy sensible como un alérgico a la ciencia, o más bien a la destrucción de la ciencia española. Como diría el lector de este blog que se identifica como Mulliner —¡ahí me han dado!—. Y no porque tenga relación con el mundo científico. Conozco sólo dos científicos y uno me cae mal. Ni siquiera fui un alumno aplicado en física y química. Pero quizá algo ingenuo me creo el "mantra" de que el desarrollo científico y tecnológico es básico para el desarrollo económico y social del país. Me lo creo a pies juntillas.

  ¡Pues vaya hallazgo!, me dirán. Ahora empiece a glosar la invención de la rueda y ya le quedará el articulito cuadrado...  pero calma. Puede ser una obviedad que el desarrollo científico sea esencial para un país, algo que nadie está dispuesto a discutir, pero en lo que la gente (ni mucho menos los políticos) cree. Los fumadores saben que el tabaco es malo, los bebedores que el alcohol nocivo. Puede que la información esté en el cerebro pero no en su cerebelo.

  Y al final todo es una cuestión de prioridades. No basta con decir que necesitamos una investigación en ciencia y tecnología importante, es que el país debe hacer un sacrificio importante para apoyarla. ¿Nos creemos tanto que la ciencia es esencial como para destinar fondos quitándolos de otros sitios? ¿A que la fe empieza a resquebrajarse? Es normal, la fe está para ser resquebrajada y la ciencia no trabaja con fe, sino con datos y pruebas.

  No nos creemos la valía de la ciencia porque ni la conocemos ni la entendemos, especialmente la investigación básica.  Quizá porque la enseñanza de la ciencia en España —me atrevo a decir— ha sido bastante deficiente. En mis ya lejanos años de estudiante de secundaria nunca pisé un laboratorio y (por suerte para el centro) jamás tuve la oportunidad de realizar experimento alguno. Desde que la Iglesia Católica proscribiera la investigación científica y condenara a España al atraso científico y tecnológico, la ciencia y el país parecen haber vivido de espaldas.

  Una atávica situación que parecía haberse revertido en los últimos años, pero la crisis ha demostrado lo débil de nuestras convicciones más obvias. La inversión pública en I+D+I cayó el 25% en España en el año 2012. Muchos proyectos están en el aire y los científicos más pendientes de resolver su futuro cercano (en el extranjero) que en su trabajo. Todo pese a que la ciencia española había demostrado ser productiva.

  Mientras, los científicos españoles se desgañitan en la banda como lo hacía José Antonio Camacho, para intentar hacer oír su voz. Menos un calendario de desnudos (todo se andará) creo que han intentado casi todo. Sus esfuerzos y postura está resumida en la recientemente publicada "Carta abierta por la ciencia" (en rigor la segunda de estas cartas que a este paso serán como las Cartas de San Pablo a los Corintios). Ahí encontrarán los argumentos, datos que un tipo de letras como yo no puede dar y además un SOS, todo en un breve texto. Debiera ser de lectura obligatoria. Como también debería serlo en colegios y sedes de partidos políticos la carta abierta que una investigadora dirigió a Mariano Rajoy este verano.

  Dice una canción de "Manolo García" que nunca el tiempo es perdido. Eso está bien porque es  un poeta.  Pero en ciencia y en alguna faceta más, perder años cuesta décadas. Luego diremos, como por ejemplo con la burbuja inmobiliaria, que no sabíamos lo que iba a ocurrir, que nadie nos advirtió.

¿Cómo? ¿Que fumar es malo?

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1 comentario:

  1. Severo Ochoa no es premio nobel español es premio nobel norteaméricano.
    La ciencia es universal pero de ser de algún país es de aquel que
    invierte en ella. Y desde luego el problema de la ciencia en España es
    sobre todo de inversión sostenida en el tiempo. Hay otros problemas,
    seguro, también en el resto de países pero lo de nuestra ignorancia,
    falta de interés y desprecio por lo científico es único y nos sitúa en
    la posición que nos corresponde, la de un país en vías de desarrollo, al
    margen de nuestra fortuita ubicación geopolítica:
    http://www.el diario.es/ciencia...

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