16 agosto 2013

"Trata de arrancarlo" y otros chistes populares

  La gente que pone ositos arrullados en el muro de su blog, o gatitos, o perritos, o bebés rechonchetes con sonrisitas, son de la opinión que un amigo es alguien con el que se puede contar todo el tiempo, al que puedes contarle tus monsergas (perdón tus inquietudes). Me parece bien, que diría El Fari. Pero dejénme seguir con mi rollo.

  Admitamos que un desconocido también te puede ayudar y hasta salvar la vida en un naufragio, y que algunos camareros, los conozcas o no, te escuchan mejor que ningún amante. Pero hay algo que el héroe desconocido, el gatito o camarero no podrán nunca hacer: entenderte un chiste privado (y ademas reírtelo con ganas).

  Por eso yo siempre he pensado que un amigo es sobre todo el que te entiende los chistes. Allí donde hay una comunidad de chistes compartidos hay unión, y la unión hace que la fuerza nos acompañe. Ciertas bromas son compartidas por un número tan pequeño de personas que la sola comprensión les convierte en "La Comunidad chorra del Anillo", o si se quiere la "Hermandad Bufa".

  A nivel colectivo (de país, que diría Artur Mas) pasa lo mismo. Los nacionales de un país comparten no solo un pasaporte o su historia de la que nadie sabe nada: comparten chistes. Vale que muchos de ellos están prefabricados y se inyectan por vía televisiva. Otros son espontáneos, son simplemente desgracias que el gusto por el humor negro español convierte en chistes nacionales: la versión postmoderna de reírse de una caída o del bufón de la corte.

 Voy a hacer una lista hispana a modo de ejemplo para demostrarlo y porque el gurú de los blogs Javier Gosende dice que las listas molan a los lectores, y yo soy un tipo disciplinado.


 Humoristas a su pesar. (Humor malsano)

  • "Trata de arrancarlo, por Dios". ¿Cuántos no hemos hecho la misma gracia más de una vez? Un campeonato del mundo de Rallys perdido por una avería que se convierte en chascarrillo nacional. Revisitamos el mito del gafe para conjurar la mala suerte. Carlos Saínz declaró que jamás lo fue, y es verdad. Pero trata de convencerlos y de arrancarlo. 
  • "La he liao parda". Este clásico nacional combina el gusto de los cibernautas por las chorradas, una héroe anónima y patosa (pero honrada, otros deberían tomar ejemplo), una desgracia de bajo calibre y una gloriosa expresión castiza. ¿Quién da más? 
  • "El hombre blandengue". El Fari fue un curioso personaje y más que notable cantante. Ya en vida una especie de guardián de las esencias ibéricas. ¿Quién le iba a decir que iba a ser celebridad nacional con su versión castiza de la guerra de sexos?

Humoristas pese a quien pese

  • ¿Es el enemigo? Hasta los españoles que no pudieron verlo cuando aún vivía el formidable Gila se mueren de risa con el humor surrealista de este genio, que era capaz de destilar ingenio desde la amargura. Reírse de la guerra, ¡qué gran idea!
  • "No puedorrrr" "Te das cuén..." "Pecador de la pradera".  Un extraño señor que se hace llamar Chiquito de la Calzada. Un tipo  que se  ganaba la vida como cantaor flamenco hasta en Japón. Un programa de chistes lo sacó del anonimato y no hay bicho patrio que no haya dicho una de sus frases y movimientos compulsivos que todos hemos imitado más o menos sobrios. Aún hoy nos despedimos con un ¡hasta luego Lucas! (el último Ernest Riveras de TVE en los mundiales de natación). Los chistes de este genio no se pueden explicar y su comprensión por un extranjero es casi imposible. Puras esencias.
  • "Que va, que va, que va, yo leo Kierkegaard". Puede que el humor absurdo de Faemino y Cansado sea para paladares selectos, pero, gracias al Dios Bufo, pasaron del parque del Retiro al Mainstream. Decir sus frases mágicas no sólo te hacían gracioso, sino también "cool". Herramientas necesarias si un feo quiere ligar.
  • "Saben aquél que diu...". Así empezaba sus chistes el gran Eugenio y así los seguimos empezando algunos cuando ya no tenemos vergüenza. Este genio fumaba y bebía auténtico whisky en sus actuaciones. Tiempos previos a Leire Pajín.

Humoristas a pesar nuestro

Por su escaso talento sólo los citaremos sin ulterior explicación.


Visto lo visto.  ¿Quién tiene más gracia?






El humor está aquí, en algún sitio
Estamos en Facebook y Twitter

2 comentarios:

  1. Sí, esos últimos humoristas amateur están pegando fuerte. No entiendo como no les han dado ya una oportunidad en el club de la comedia...
    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Esta última hornada de humorístas baratos(por cierto, nos salen muy caros), que nos ha salido de la chistera como por arte de birlibirloque, creo que más bien están ocupando el lugar del espectador. Juegan a que nosotros, los ciudadanos de a pie, los curritos de turno, los de la nómina medio fija a los que, ellos y hacienda, nos tienen pillados por las partes nobles, seamos los actores de su club de la comedia particular y se ríen, se parten, se descojonan en nuestra cara (perdón por el taco, pero es lo que más me gusta para este instante) mientras juegan a polis y cacos, donde ellos llevan los antifaces, of course! Y lo hacen mientras un alto porcentaje se dedica a pasar el verano sobreviviendo, sobre una silla de playa desgastada y tan oxidada como la economía de "nuestro país", a la fresca de la puerta de su casa, en el caso de tener la fortuna de no haber sido desahuciados. Otros están deseando que llegue el 1 de septiembre para que las puertas de Cruz Roja y Cáritas se abran de nuevo y den la bienvenida a sus carritos de compra y así comer de forma potable.

    La verdad es que sí, es un club de la comedia en toda regla, pero nosotros somos los humoristas y ellos se ríen con insolencia desde las butacas del público. Ah!!! la entrada también corre de nuestra cuenta...como todo lo que consumen.

    ResponderEliminar

¡Gracias por tu comentario!