19 junio 2013

Sobre experiencias jurídicas y funcionarios

  Gracias a todos por vuestras aportaciones y comentarios en la anterior entrada. Habiéndome desahogado me veo en la obligación de explicarme un poco más. Primero para pedir alguna disculpa, pues las pequeñas miserias cotidianas que cuento no tienen nada que ver con los problemas graves a los que se enfrentan día a día muchas personas. Problemas de persecución por sus opiniones, de violencia real, de superviviencia. En el caso de los blogueros muchos se juegan la piel por expresar sus ideas. Eso sí son problemas.

  En segundo lugar, me alegro que nadie haya entendido la entrada como un ataque a los funcionarios en general, a la administración de justicia ni a los juzgados de Alicante en concreto. No, no me estoy retractando. Mi profesión me obliga a tratar con funcionarios. Es cierto que en caliente he deseado más de una vez su extinción, como la de los tiranosuaurios. Y es cierto que argumentos no me han faltado. Sin embargo, aún conservo la suficiente lucidez y presencia de ánimo como para darme cuenta que la campaña contra los funcionarios no es más que otra falacia de los de siempre. Ni sobran, ni son unos privilegiados ni son más negligentes o diligentes que los que trabajamos en el sector privado.

  Al moverme en el sector de la justicia ésta es mi experiencia, pero estoy seguro que mucha gente, por no decir la mayoría, podría contar historias similares. Seguramente a muchos no les parece tan importante ni les da para escribir un folio, les doy mi sincera enhorabuena. A mi sí me afecta que la gente sea —seamos— en general, tan desagradables y poco abiertos a solucionar los problemas.

  En mi opinión se trata también de un problema de poder y clasismo, no sólo de urbanidad. Tomo de nuevo el ejemplo de los funcionarios, que es el que conozco, pero que cualquiera lo extrapole a otro ámbito de actividad. Muchas veces me pregunto por qué son tan poco cooperadores. Da la sensación de que existe una incapacidad para eliminar cualquier obstáculo. Al revés, da la sensación de que existe cierto placer malsano en poner chinitas, en hacer todo complicado, en no ayudar.

  Y la razón está en la concepción que se tiene de uno mismo y del propio trabajo o la que creen que tienen los demás. A nadie le importa ayudar a los que están claramente necesitados. Estoy seguro que el señor casi iletrado y anciano tiene menos dificultades en hacer una gestión que yo. Y me parece bien. La razón es que ayudar en este caso no supone un menoscabo personal, no se entiende como un "acto de servilismo". Y eso tiene que ver con una nociva mentalidad de clase.

  En mi trato con funcionarios de justicia, cuando les pido que miren una fecha o cojan un expediente muchos reivindican su condición de licenciados en derecho ("como tú".. añaden). Estoy seguro que muchos tienen incluso doctorados. El piloto clasista se dispara en dos direcciones. Por un lado el funcionario siente que "no es menos" que el letrado. De hecho es "más" puesto que ha ganado una oposición, el abogado no. Por tanto debe dejar claro esto antes de realizar una gestión que intuye, está por debajo de sus competencias profesionales. Coger un expediente, decir un número etc.

  Es cierto que algunos abogados todavía adoptan una actitud arrogante con un gestor del juzgado (pero nunca con un juez, por supuesto). Pero también es cierto que la proletarización de la profesión de abogado en España es tan evidente que dicha pose, como poco, es una mala estrategia. Sólo en la Comunidad de Madrid hay casi tantos abogados como en Francia. Los funcionarios saben que están tratando, en el fondo, con pobres vestidos de traje y corbata. A fin de cuentas, un abogado senior de Garrigues, pongamos por caso, no se dedica a estas gestiones. De nuevo el resorte clasista, soy más pero soy menos pero soy más.

   Algún comentario en este blog sugiere que todo se puede resolver con sonrisas, buena actitud y excelente lenguaje corporal. Es lo que veo hacen mis compañeros más hábiles. Despliegan sus encantos y muestran gran interés por los lugares de vacaciones de los funcionarios. Me parece bien, pero no deja de ser una estrategia que quizá no todos estemos capacitados para hacer. Sin embargo, ¿es mucho pedir que nos dejemos de prejuicios y cada cual facilite su vida y su trabajo a los demás? No nos debemos simpatía, ni es necesario cuidar "nuestro jardín" de amabilidad, en palabras de un cursi que se gana la vida como apóstol del "buenrrollismo", pero sí respeto mutuo.



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6 comentarios:

  1. El comentario que sugiere afrontar un mostrador con una sonrisa, buena actitud y excelente lenguaje corporal es el escrito por mí y lo mantengo. Para eso no se debe ser hábil, desplegar encantos y mucho menos demostrar interés por los destinos vacacionales de nadie. Sólo hay que tratar a los demás como a uno mismo nos gusta que nos traten, sobre todo con humildad y sin exigencia, sea a quien sea. ¿Hay que tener capacidad para esto? No. ¿Es una estrategia? No. Es una actitud ante la vida, una forma sana y pacífica de sobrevivir en un mundo donde, la mayoría de veces, cada uno va a la suya y actúa de manera egoísta.
    ¿Es cursi tratar con simpatía a un funcionario con el que vamos a gestionar lo que sea? No, pero si todo el mundo lo considera cursi...así va todo.
    De todas formas toda actitud es respetable...cada uno que afronte cada día como considere.

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  2. Esther Casero Orozco21 de junio de 2013, 8:24

    Totalmente de acuerdo, he tratado durando 10 años con funcionarios (trabajaba en Garrigues, dentro de la agencia de P.I) y en la OEPM hay mucho pero mucha mala gente, que trata muy muy mal al públco, venga de donde venga...es una vergüenza. Me refiero, en concreto, al personal de ventanilla.

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  3. Que bueno. Hay personas humanas funcionario/as que ni con sonrisas envueltas en cariño ni con porras en vinagre. Me siento tan. Pero tan identificada. Con lo sencillo que es colaborar!!! Me has hecho reir. Ni soy abogada ni funcionaria tan solo una administrativa con sentido del humor.

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  4. Todo esto me suena, soy gestor de justicia, e intento tratar a toda persona que acude al juzgado correctamente. El problema es que desempeño mi trabajo en un órgano completamente colapsado, y lo primero que se me exige es quitar el atasco, sin que se contemple como una prioridad la atención a un público, profesional o particular, que desesperado muchas veces, desorientado otras, bombardea personal o telefónicamente al que está sentado ante el ordenador buscando saber del estado de su trámite, desconociendo que el encargado de agilizar dicho trámite no lo está haciendo porque está intentando quitarse de encima, como puede, a quien le interpela.
    Soluciones se me ocurren muchas, pero no están ni en mi mano ni en la del público al que atiendo, las dos partes sufrimos la mala organización de una administración a la que no se terminan de dedicar los esfuerzos necesarios.

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  5. En España quien mejor vive es el que vive a costa de los impuestos que pagan los demás. LOS EMPLEADOS PÚBLICOS COBRAN UN 49,6% MÁS QUE LOS DEL SECTOR PRIVADO, en 2013 (EPA) su salario bruto medio mensual se situó en 2.530€, mientras que los ingresos de los trabajadores del sector privado ascendieron a menos de 1.700 € brutos al mes. En el sector privado existe una diferencia abismal entre los que viven de los impuestos que pagan los demás (subvenciones, primas y rescates) y los que viven de su trabajo, así los salarios mensuales del epígrafe Suministro de energía son de 3.391 € (más de mil millones al mes de primas y subvenciones o la rúbrica Actividades financieras, con 3.209 € (más de cien mil millones en rescates) frente a los 1.180 € de la Hostelería o los 709 € del servicio. El número anual de horas a trabajar es de 1664 para los funcionarios frete a las 1826 para el sector privado. Gracias a las reformas laborales del PP&PSOE los funciona
    rios que en 2010 ganaban un 40 % más que los trabajadores del sector privado, en 2013 pasaron a ganar un 49,6 % más ASÍ SE APRIETA EL CINTURÓN EL ESTADO

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    1. Gracias por tu comentario. Entiendo que para un análisis más detallado, sería necesario un desglose del sector público, pero entiendo que esto excede en mucho un comentario o un post del blog. En todo caso son interesantes elementos para la reflexión.

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