11 junio 2014

Franklin Albricias y los vándalos

  ¿Quieren escuchar algo interesante? Acérquense, sólo pido un poco de paciencia y atención. 

  El pasado sábado se inauguró en una plaza de Alicante un busto en recuerdo de un señor de extraño nombre y de trayectoria excepcional, llamado Franklin Albricias Goetz. Más adelante les hablaré de él.

  El busto es un hermoso trabajo en bronce realizado por Luis Gámez Lomeña y donado por la Logia Constante Alona de Alicante con la colaboración popular y una logia belga. Está colocado sobre una hermosa piedra de cuatro caras talladas de forma desigual, para los que vieren y entendieren. Está situada en una plaza del barrio de Babel de Alicante, muy cerca de los juzgados de la ciudad. Pueden darle el sentido simbólico que estimen a la historia al hecho de que se produzca en un barrio que conmemora con su nombre la incomunicación entre las personas y al lado de donde se imparte justicia. Añadiré que a escasos metros se instala un mercadillo.

  Ya saben cómo son las inauguraciones. El objeto en cuestión está tapado con una tela, en general negra o roja, a veces con una bandera. Normalmente se instala un atril. Vienen las autoridades y dan discursos. En este caso fueron cortos y apropiados. Por fin alguien tira de la tela, que no de la manta. Hay aplausos. La gente posa para las fotos de familia al lado del nuevo monumento. Mientras, algunos curiosos y paisanos ociosos o de paso se acercan, leen, escudriñan y sacan sus conclusiones.

  ¿Qué comentaba la gente? Señores y señoras de edad avanzada y paso inestable, pero también parejas jóvenes con y sin perrito, peatones apresurados que hacían una parada de fórmula Uno delante de la placa. ¿Quién es Franklin Albricias? ¿Qué méritos contrajo para dedicarle primero una plaza y ahora un busto de bronce? ¿Qué es la Logia Constante Alona? ¿Qué tipo de monolito es? ¿Cuánto ha costado? Si eso es lo que piensan se equivocan. La mayoría absoluta de ellos se formulaban en dos frases. Los optimistas hablaban de cuánto tiempo pasaría hasta que intentaran robar o destrozar el busto. Los más pesimistas no contemplaban horizonte temporal alguno y daban por hecho que sería robado o destrozado.

  En conclusión: el barrio no se embellece. No se recuerda a alguien que hizo méritos para ser tenido presente por las generaciones actuales, alguien cuyo ejemplo puede ser inspirador. Desde este punto de vista inaugurar un busto en una plaza es una invitación a la rapiña. Tan frágil y pueril como mantener un castillo de arena al lado mismo de la orilla del mar. Algo inútil, porque no hay esperanza. Esperanza de respeto a lo público. Esperanza de respeto a lo bello si no es privado, si pertenece a todos los ciudadanos.

  Ni que decir tiene que los pronósticos callejeros se cumplieron. En menos de cuarenta y ocho horas el busto se intentó arrancar de la piedra y dañar. No se trató de una acción de ociosos vándalos, salvo que los vándalos bajen a la calle normalmente provistos de dos gatos hidráulicos. En esta ocasión, los delincuentes no consiguieron su propósito. 

  Algunos hablarán de vandalismo, de falta de educación, de falta de normas. Sin duda la desmoralización que produce la falta de respeto a lo público se extiende como una mancha de aceite. Si roban una caja de Ahorros o si el partido de gobierno hace obras en negro de su sede central, ¿por qué no llevarnos un busto de una plaza? La falta de cultura sobre el pasado ciudadano, la desmemoria inducida, el desconocimiento sobre la gente que ha dado su vida por mejorar la sociedad sobre nuestra propia memoria, nos dejan inermes contra la agresión. 

  ¿Quien fue Franklin Albricias? Fue un pedagogo, político y masón alicantino nacido en 1891. Impulsó la Escuela Modelo de Alicante, que en su día fue la que más alumnos matriculados tuvo y fue inspirada en las ideas de Giner de los Ríos. Contaba con laboratorios y dos bibliotecas, por la noche ofrecía clases gratis para que asistieran obreros.

  Convencido de los valores del deporte, fue uno de los fundadores del Albacete C.F. Pastor evangelista, Albricias era cristiano que creía en la separación entre la Iglesia y el Estado. Su compromiso social le llevó al compromiso político y llegó a ser Teniente Alcalde de la ciudad de Alicante y presidente de la Diputación. Y por fin, la guerra y el exilio, de dónde no regresó.

  "Lo acabarán robando en menos que canta un gallo —decían los señores y las señoras que pasaban por la plaza— como robaron ya la placa de la plaza". Y reían. Quiero creer que no una risa cínica, sino de resignación. Pero los señores y las señoras no contaban con que hay expertos en metales y piedras. Doy fe que el que puso la piedra sobre la que se asienta el busto sabe su oficio.

No será tan fácil mover a Franklin Albricias Goetz





El humor está aquí, en alguna parte
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6 comentarios:

  1. El artículo me gusta mucho. Pocos tenemos la fortuna de saber de los mérito de es hombre de nombre tan sonoro Franklin Albricias que me recuerda un villancico del Cancionero de Upsala: Dadme albricias hijos d'Eva... Dí de qué dártelas han. https://www.youtube.com/watch?v=ddVuhGZZBQ4
    También me pregunto si todos los vándalos serian partidarios del vandalismo.

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  2. Hay días -muchos- en los que deseo con intensidad no ser español, y cosas como ésta son de las que provocan ese deseo. Ayer vi también una foto del parque de María Luisa de Sevilla con una estatua en la que llamaba la atención una pintada en rojo y sentí pena y al tiempo pedí internamente que el autor tuviera pronto una muerte violenta y dolorosa (ya sé que es brutal). Es esa característica tan latina y sobre todo tan española de destrozar lo que es de todos y por eso lamento haber nacido aquí. No es que sea lo único ni lo peor de este páramo, pero sí que es tremendamente significativo. En todas partes hay malvados, pero casi seguro que en porcentaje de imbéciles nos llevamos la palma.

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  3. No será tan fácil de mover, no... Gracias por el post, me ha encantado.

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